sábado, octubre 15, 2016

Amarás a otro...


Amarás a otro hombre.
Yo voy lejos, andando hacia el olvido.
Y puede suceder que alguien me nombre,
pero fingirás no haber oído.

Amarás a otro hombre:
el tiempo pasa y el amor finaliza,
y es natural que lo que fue una brasa
acabe convirtiéndose en ceniza.

Aunque nadie lo quiera,
envejecen las vidas y las cosas,
y es natural también que en primavera
los rosales den rosas.

Es natural. Por eso,
amarás a otro hombre, y está bien.
No sé si ya olvidaste mi último beso,
ni me importa con quién.

Pero quizás, un día,
oyendo una canción,
sentirás que esa vieja melodía
le cambia el ritmo a tu corazón.

O será algún vestido
que yo te conocí,
o el olor del jardín cuando ha llovido,
pero algún día haz de pensar en mí.

O puede ser un gesto,
un modo de mirar,
o ciertas calles, o un botón mal puesto,
o una hoja seca que voló al azar.

Y de alguna manera
tendrás que recordarme, sin querer,
escuchando unos pasos en la acera
como los míos al atardecer.

Será en algún momento,
no importa cuándo o dónde, aquí o allá,
porque el amor, por parecerse al viento,
parece que se ha ido y no se va.

Y si en ese momento vas a suspirar
y él preguntará por qué,
le tendrás que inventar una mentira
para que nunca sepa por qué fue.

Y él no verá esa huella,
eso tan mío en lo que ya perdí;
y, aunque te pueda amar más que yo un día,
tú no podrás amarlo más que a mí...!