martes, diciembre 31, 2013

12:25 AM.


Ni el whisky me quita el sabor de su entrepierna de la boca y pensar que me convirtió hace muchos años en un hombre inteligente con una mente muy sucia, básicamente en un pervertido con un alto coeficiente intelectual.

Ese lenguaje codificado que tiene en el cual, si se toma 5 cervezas quiere que se lo haga en el sofá y si toma vodka toda la noche, es que quiere que la desvista poco a poco, y que sea romántico y delicado..

Olor a jazmín, sabor a canela.. el de sus pezones y después de viejo toco guitarra y escribo canciones. He vuelto a tomar whisky en las madrugadas para poder dormir y no sé ustedes, pero no conozco a la primera pareja que terminara algún día, luego volvieran y que hayan sido felices para siempre.. yo sé que no seremos felices nunca, pero hacerla mía es una costumbre tan nuestra.

¿dónde estará tu príncipe azul?.. en el fondo sabe, que ni en mi cama ni en mi apartamento lo va a encontrar y ambos estamos como en automático esperando que la vida nos envíe de nuevo el amor a primera vista, pero, es triste que a nuestros treinta, ya aprendimos que esas cosas sólo suceden una sola vez en la vida.

Duerme en mi cama, se ha quedado después del sexo unas cuatro millones de veces y nunca ha dejado ni un zarcillo olvidado, como para tener una excusas para venir al otro día, muchas dejan colas para el cabello, zarcillos, pulseras, pero ella nada.. si no son por muchas letras en este blog sobre nuestros encuentros a lo largo de los años, no tendría alguna otra prueba cronológica o aunque sea sustantiva sobre mis besos  y los suyos.

Mirándola bien, tiene unos 10 kilos de más, pero es que 12 años no pasan sin dejar huella y que carajo, yo tampoco soy el de aquellos tiempos, pero los besos siguen igual, desde aquel día del pantalón negro y el suéter amarillo.

Ojala todo fuese más sencillo.
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1 comentarios:

LaMorocha dijo...

...y por el solo hecho que lo escribiste un 31 de diciembre se hace especial este post.

Es que ya te imagino...