lunes, septiembre 30, 2024

en el 3B de aquel edificio, en aquella calle.

Lo primero que hice cuando lo nuestro terminó, fue mudarme de ciudad, dejar a mis amigos atrás, las esquinas, las tiendas, todo. Lo más inteligente (según yo) fue mudarme a Europa, siempre quise vivir en aquel barrio cerca de ese centro comercial donde está la tienda Boston. Siempre me gustaron las camisas de esa tienda, cada vez que tocaba aquella ciudad iba hasta aquel centro comercial a tomar café y comprar camisas, con aquel sentimiento de “me gustaría vivir acá”.

Lo curioso de ese centro comercial es que años atrás fue una estación de trenes, años atrás como por mediados de los años 1800, hoy transformado en todo un centro comercial moderno y ahí estaba yo, viviendo al frente de aquella estación, al lado de la farmacia. Lo primero que hice después que me separé de ella, fue irme lo antes posible a otro continente a un puesto de trabajo que nunca me interesó pero que en ese momento fue como un bote salvavidas, un años después de que diera por terminada mi relación con ella estaba yo en el piso 3, 3B, de aquel edificio en aquella calle.

Decidí asumir costumbres europeas, como desayunar fuera y por casualidad de las casualidades en la otra calle, frente a la farmacia, diagonal al centro comercial había una cafetería. Por cuatro euros podías desayunar un par de tostadas con tomate y tomar  un buen café, en ese lugar conocí a mi compañero de desayunos, al buen Glen.

Glen es músico y trabajaba en un estudio como técnico de guitarras. Es de escocia y al igual que su servidor, estaba en aquella ciudad huyendo de su relación ya terminada, pero a diferencia de mi, él fue a escribir canciones a un sitio “más íntimo".. “más suyo” que de ella. Glen trabajaba en aquel estudio de música hasta las 18:00 y el resto del día lo invertía en caminar por aquella ciudad y conversar con personas, escribir poesía, canciones y sin falta, tomar una botella de cualquier vino barato antes de dormir.

Glen al igual que yo, estaba un poco roto, pero como un kintsugi, lo admirable de Glen es que nunca lo ocultó, al contrario, era como su carta de presentación: Hola, soy Glen y me dejó mi novia de 4 años, me dejó enamorado y perdido. Al contrario de mi, que jugaba la carta del ejecutivo de una trasnacional de nuevo, en una ciudad nueva con una moto rentada para ir y venir a la oficina, una moto rentada que realmente no necesitaba.

Tampoco necesitaba aquel trabajo, pero me mantenía ocupado de nuevo y lo más importante de todo: me hacía salir de casa todos los días y me acoplaba a una rutina que en casos de separación es de las mejores maneras de llevar el duelo que hay. 

El trabajo no eran tan mal pagado, pero mis gastos eran muchos más altos pero no me importaba en lo absoluto. Meses antes me había jugado la del Criptobro y el tema había salido bastante bien, aquel trabajo a medias tintas pagaba los gastos al límite, pero lo que si pagaba era mi nuevo comienzo. Volvía poco a poco a ser yo de nuevo, sentía como si hubiera estado perdido 5 años en un limbo, en una cárcel y recién estaba libre de nuevo y el mundo era otro, tuve que lidiar con la gordura y la calvicie del divorciado y convertirla es abdominales definidos de nuevo y raparme la cabeza por completo.

De los momentos favoritos del día después de unas semanas, era mi desayuno y mi charla diaria con Glen, él y yo no teníamos mucho en común más allá de que estábamos saliendo de una relación muy larga y de que nos gustaba mucho la música. En uno de esos días él me dijo algo, que hoy un par de años después resuena en mi mente con un pequeño recordatorio:

Mi tiempo con ella fue absolutamente maravilloso, toda la belleza, la buena energía, la audacia que trasmitía... fue absolutamente maravilloso, sé que en 10 años o en 5 años volveremos a ser amigos, y ocasionalmente haremos música de nuevo.

Y ahí estaba Glen, totalmente quebrado y perdido, pero con esos sentimientos asquerosamente positivos por aquella mujer de su vida y en ese momento tuve que intervenir:

No es necesario que me mientas, yo te entiendo porque estamos en el mismo barco, estoy en esta misma habitación contigo, con los mismos esqueletos en el armario. Si yo fuse tú, nunca haría nada con ella de nuevo, ni un acorde, ni siquiera compartiría la misma mesa, en algo tan banal como un desayuno, asi como desayuno todos los días contigo.

Glen me regalo una de esas carcajadas gaélicas que lo caracterizaban y no volvimos a tocar el tema nunca más….
¿por qué me llega ese pensamiento hoy?

Hasta hoy no volvimos a hablar del tema, pero recibí un mensaje de Glen hace un par de horas, me mandó una foto desde algún pub ingles tocando con su ex mujer, acompañado con un texto que dice:

Volvimos a hacer algo de música de nuevo, ella se casó el año pasado y yo por acá visitando a mis padres. Solo quería que supieras que si, te estaba mintiendo aquel día, pero recién hoy después que la vi con su esposo, me di cuenta.


la novia de glen


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