viernes, abril 25, 2014

Para una desconocida


Yo iba andando en la sombra y de repente 
no podías ser tú pero te vi
ah, que triste que fuera solo  
una mujer que se parece a ti

Y que amargo en el sueño y en la vida 
saber que no, pero pensar que sí,
y echar a andar tras la desconocida
tan dulcemente parecida a ti,

seguirla así como si te siguiera,
como si fueras tú que estás aquí
al andar lentamente por la acera
tras la mujer tan parecida a ti.

Y qué dolor, qué negro latigazo
y qué celos, los celos que sentí,
viendo a aquel hombre que tomó del brazo
a esa mujer que se parece a ti.



0 comentarios: