-¡A qué no te atreves!
-¡A que sí!
-¿Seguro?
-Claro ¿por qué no?
-No sé ¿lo hacemos?
-Ah pues ¿vamos?
-Estamos locos
-Sí ¿y?
-Dale, rápido, rápido, antes de que te arrepientas.
Y prendí el carro y terminamos en un sitio nuevo ella y yo… y hoy no tengo muchas ganas de escribir, es que ya se me había olvidado que para ser feliz se necesitan tan pocas cosas, que me provocó venir a recordárselo a ustedes.
A veces pensaras que la felicidad no está hecha para ti… pero..
recuerda querido lector, te lo digo yo, que a veces para ser feliz..
se necesitan tan pocas cosas..
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