lunes, mayo 30, 2016

cuando el Universo te da..


En aquellos tiempos, cuando no tenía ni veinte años, el sueño de todos mis amigos y el mio también de algún modo era tener una relación puramente sexual y sin ataduras con alguna chica hermosa y atractiva, lo que llaman “Follamigos”. Todos queríamos una y bueno, yo sin saber cómo pero el Universo y sus cosas hizo que terminará en una con la chica más hermosa de toda la urbanización y yo para ella era sólo sexo y lo que al principio no me molestaba terminó por hacerme perder la cabeza, me volvía loco que siempre era cuando “a ella le apetecía” y no cuando yo deseaba. Mis amigos se burlaban por quejarme de aquello, pero tanto fue lo que me molestaba todo que un día cuando ella llamó para ir a mi casa a una tarde de buen sexo, y le dije que se fuese a comer un camión lleno de mierda y ella muy con su aire de “mujer del siglo 21” me dijo que era un intenso, un inmaduro y que “así es lo nuestro”…bah… y hoy día mis amigos se siguen burlando de aquello: “me hubiese quedado quieto y ser suyo cuando ella quisiera” dicen todos al intentar ponerse en mi lugar, pero no, no pude, me volvía loco que ella me buscara cuando le apetecía y no cuando yo lo deseaba.

Llegando a mis treinta, pensé que la respuesta a todas las preguntas era una relación exclusiva pero sin ataduras, tener a una chica que fuese mía y yo de ella pero sin el tilde de “somos novios” o “estamos juntos”. Quería una relación que fuese mía y de ella y de nadie más y si la experiencia me ha demostrado algo es que si le pides mucho al universo, el universo puede dártelo y así fue, el universo me envió a una chica de 25 años, Acuariana, muy hermosa, muy inteligente, muy sexy… para darme esa relación que yo quería o que yo pensé que necesitaba.  Ella y yo tuvimos una relación donde yo era suyo y ella era mía, pero dejamos al mundo por fuera, ella nunca me presentó a sus familiares y amigos, aunque sus amigos cercanos si sabían de mi existencia (creo) y ella por mi lado, nunca conoció a mi familia (nunca quiso) y muy pocos de mis amigos la conocieron en persona aunque hasta la señora que vendía la fruta sabía su nombre y quien era ella en mi vida. Es complicado explicarles, para resumir, de mi vida conoció lo que quiso y yo de la suya no conocí nada. Ella no me dejó, es que teníamos una relación donde ella era mía y yo suyo y prácticamente siempre estábamos juntos todos los días, pero al volver a nuestros día a día cada quien estaba en su mundo lamentándolo mucho sin rastro del otro, sin el tilde de novios, era una relación como la que yo quería a mis treinta o como la que pensaba que necesitaba.

Pensé que esa relación iba a ser perfecta porque tenía a mi mujer pero podía seguir jugando al Casanova sin serlo, quién sabe, a lo mejor llegaba alguna otra bien parecida y bien interesante para poder jugar a dos bandas, pero eso nunca pasó, desde el día 1 ella tenía todo lo que mi vida necesitaba pero desde ese mismo día 1 ella aceptó las reglas del juego de cómo comenzamos la relación y aunque nunca le dije que fuésemos así, creo que mi actitud al comienzo se lo dejó bien claro y por más que intenté enseriar todo el asunto a medida que pasó el tiempo, ella nunca me dejó.. El comienzo del fin fue un día que ella hablaba por teléfono, caminando desnuda por mi casa y cuando le preguntaron ¿Dónde estás? Ella respondió que estaba sola en su casa, hablaba con algún amigo u amiga y en ese momento sentí como me negó, sentí que me tenía guardado en una gaveta y que yo era para ella el hombre que le daba sexo y le cocinaba la cena. Fue como un balde de agua fría y ese momento como todo hombre full a testosterona, armé un problema, la hice colgar la llamada y le reclamé que soy Myself, y no me puedes tratar como si fuese un comodín, como si fuese un quita y pon.. ella tuvo que colgar la llamada porque se me fueron los tapones y comencé una discusión sin importarme ni su llamada, ni el respeto, ni un coño de la madre.

Ella muy molesta, se defendió como para darme a entender que en ningún momento yo la había comprado en un bazar de esclavas:  “siempre que hablas por teléfono yo te respeto, no te pregunto ni con quien hablas ni te pido explicaciones de absolutamente nada”.. luego fue a “estos ataques de celos de macho no van conmigo, yo no acepto que ningún hombre me controle” y la cereza del pastel fue “no me dio la gana de decir que estoy aquí contigo” fue nuestro “comienzo del fin”.. primero dejé caer un “ok” como para no mandarla en busca de aquel camión de mierda legendario que debió comerse o bañarse en él en ese momento, respiré profundo porque decir cosas malas por estar molesto no iba a solucionar nada, la dejé ser ese día y me fui a dormir, muy vencido, molesto, pero con ella a mi lado.. en serio, sonará muy tonto y muy mujercita, pero me sentí como que yo en su vida era solamente el tipo que le daba sexo y le hacía la cena.

Es importante señalar, que no estoy en contra de las mujeres que me han usado sexualmente, eso ha pasado muchas veces y le doy gracias a todas ellas, pero esto era algo diferente, esto era otra cosa, aquí habían muchos sentimientos de parte y parte y aunque yo no deseaba que saliera todos los días con una franela que dijese “le quiero decir al mundo que salgo con Myself” pero pienso que tampoco era para que me negara o me obviara sencillamente, es que… ella sencillamente me tenía guardado en una gaveta de su vida donde sólo me veía ella y me sacaba cuando le provocaba, cuando me necesitaba y eso eran tres o cuatro días a la semanas por unos seis o siete meses que duramos juntos, siempre estábamos juntos, sólo nosotros, obviando al mundo por completo.

Después de ese día, comencé a presionar con el tema, duré mosqueado par de días hasta que ella se dio cuenta que si estaba realmente molesto y hablamos el tema, dejó que me desahogara como cuando una mujer jode y jode y consigue que el hombre pierda la paciencia y entonces se calla la boca porque sabe que no va a ganar esa guerra y sencillamente los días siguientes hizo lo que hacen las mujeres, fue a una guerra de desgaste contra "lo que yo estaba sintiendo" porque seguramente en su raciocinio sencillamente yo no tenía la razón y ya, así de simple y así de intransigente son el 98% de las mujeres; coloquialmente se le conoce a eso como “Tácticas Fabianas” y poco a poco me dejó de importar si me tenía escondido o no, si me daba mi puesto o no o sencillamente si me negaba o no. Que mal cuando empieza la indiferencia, la indiferencia es como una manzana podrida que la metes junto a otras manzanas y sencillamente las pudre a todas.  Recuerdo aquel día y me sigue molestando, en serio, ella me negó... 

nunca la negué y eso hoy día me sigue molestando bastante.




1 comentarios:

Laura Ferreri dijo...

qué bueno volver por acá y descubrir buenos blogs que siguen con buenas historias como el tuyo, Myself.

Saludos.