un buen día... hoy debió ser un buen día.

Hoy me levanté de buen humor, salí a correr como todos los días, me preparé el desayuno, jugué a combinar mi corbata con mi camisa, hoy decidí no sacar la moto, sino que me fui en el carro y el día estaba un poco lluvioso y con un tráfico de muerte lenta pero me tenía sin cuidado, hoy iba a ser un muy buen día… hoy era un buen día… un buen día.

Estuve todo el día contento en la oficina, diciendo algunos chistes y bromeando con todo el mundo aunque nadie se reía conmigo, fui al cajero a sacar dinero y estaba dañado, también fui a tomar café a mi sitio de costumbre y la maquina estaba dañada “estamos esperando al técnico” me decían mientras yo veía las nubes lluviosas, la gente amargada y mi camisa sin hacer juego con mi corbata.

Hoy me levanté de buen humor, salí a almorzar con algunos amigos y la comida no fue muy buena y luego de la oficina quedamos para cenar y la comida fue peor pero era increíble estar de buen humor, yo seguía de buen humor. Para celebrar el pasado y los cuentos de la universidad, decidimos hacer una parada en algún lugar y tomar algunas cervezas para conmemorar que hace diez años todos éramos mucho más divertidos, más delgados y con más cabello, que podíamos salir a tomar toda la noche, a bailar como si nada y levantarnos puntualmente para ir a trabajar a las seis de la mañana. 

Repasamos cuentos y anécdotas, después de muchos años me enteré el por qué mi mejor amigo no me acompañó un día a una fiesta “estaba cuadrando con María la gorda” me dijeron, también conté que en realidad el odio que nos profesábamos la hermana de uno de nuestros compañeros de clases y yo era realmente mentira, porque cuando estábamos solos nos hacíamos el amor como locos… Hoy era un buen día, amigos, cerveza, lluvia, comida mala, máquinas de café dañadas y aunque la reunión termino en peleas porque uno le comenzó a cobrar dinero a otro y la cuenta por las dos cervezas que nos tomamos llegó por una cantidad exorbitante, aunque todo terminó muy mal a mí eso no me importó, hoy era un buen día  y yo me había levantado de buen humor… y que se jodan todos, hoy era un buen día porque a mí me daba la gana.

Hoy me levanté de buen humor, solo en mi cama, pero de buen humor ¿es que yo no puedo ser feliz sin una mujer?. Hoy llegué a mi casa a la 1 de la mañana, con algunas cervezas de más y con algunos miles de bolívares menos y al abrir la puerta Lump alzó la cabeza, y no corrió a recibirme… pobre Lump, seguro tenía sueño. Quería un Whisky y me di cuenta que mi hermano había vaciado las hieleras y no las había llenado y yo quería un Whisky en las rocas, me quería bañar con agua caliente, pero el calentador no estaba prendido… hoy debió ser un buen día, hoy fue un buen día… un buen día..

Serví Whisky seco, en un vaso de plástico porque tampoco tenía vasos limpios en el bar, sabrá dios donde los había puesto mi madre que unos días antes estuvo de visita, pero no me importó, nada me iba a joder mi buen día, mi humor tan gallardo, tan yo, tan galán y una vez en el sofá, Lump regresó a hacerme compañía y de repente sonó mi celular y era una de mis mejores amigas, la que es como mi hermana, la que vive en Johannesburgo con su esposo y sus hijos y luego de saludarme y de preguntar por la familia, por el trabajo, por la salud,  tal cual como dicta la etiqueta de una llamada tan social y luego de disculparse por la hora de la llamada, ya que en Venezuela eran casi las dos de la mañana, sin anestesia y sin remordimiento, no tanto por chisme sino por cariño que me tiene, porque ella estuvo presente en aquellos infiernos de años pasados, cuando se me acabaron las lágrimas y los poemas, así, sin más, me dijo tan seca y tajante:

Ayer se casó ella…