martes, septiembre 01, 2015

mi bandera entre sus piernas..


Y nos acostábamos de vez en cuando, ella casada.. yo ocioso y comenzó siendo sólo sexo, siempre fue sólo sexo. Ella dormía todas las noches al lado de su esposo, pero siempre me decía que todo aquello era costumbre y que separarse era algo complicado (lo que muchas en su situación dicen). Que aunque vivían juntos, nada pasaba bajo las sabanas y que ella al menos sexualmente me era fiel, si me gustaba bien y si no, pues también.. eso no era problema de ella, yo había aceptado ser el otro, ser su objeto y luego que aceptas ser el objeto, no te queda mucho derecho a reclamar alguna cosa.

Tampoco me importaba mucho aquella mujer más allá del extraordinario sexo que teníamos, mi problema era algo muy específico, en términos científicos quería saber si en realidad eso de que él y ella no tenían sexo era absolutamente cierto, me daba mucha curiosidad, una curiosidad sádica y mórbida. No eran celos, jamás hubiese llegado a una relación sería con aquella fulana, sencillamente quería saber si era verdad o mentira que bajo aquellas sabanas de aquella casa de casados no pasaba absolutamente nada.. quería saber.

Esa idea me carcomió la mente durante muchos días y más por impulso que por acallar las voces en mi cabeza, un día mientras le estaba haciendo sexo oral le hice un chupón bastante grande en la parte interior del muslo izquierdo, aquello era un hematoma con mi nombre, cómo a dos estrellas y un orgasmos de su clítoris, en todo su muslo izquierdo.. estaba aquel chupón que yo había dejado, aquello era mi bandera, la marca de un territorio que aunque no era mío, yo invadía de vez en cuando.. y lo hice, por el simple hecho, de que su esposo lo viera, quería saber si iban a discutir, si aunque sea ella me iba a reclamar por haber hecho aquello.. la marqué entre las piernas porque quería alborotar el avispero, quería saber que pasaba bajo aquellas sabanas de aquella casa.. 

Pasaron los días y no pasó nada.. luego de eso, varias veces le marqué el cuerpo, los senos, las nalgas, la espalda.. nada muy cutre, eran chupones sexuales, no tan grandes y no muy pequeños, tampoco es que la mordía ordinariamente, sólo dejaba mi bandera en su cuerpo cuando me provocaba.. cuando me daba la gana y lo hice no una vez ni dos veces pero si unas cinco o tal vez seis veces… nunca hubo un reclamo, nunca hubo un comentario y luego de algún tiempo nos dejamos del todo, se acabó el sexo, me aburrí de ella y ella seguramente buscó a otro y jamás sabré si en aquella cama de casados pasaba algo, jamás sabré si ella me era fiel al menos sexualmente .. nunca lo sabré.. 

Hoy mientras entrenaba en el gimnasio, estaba cerca de unas señoras, no quería escuchar lo que estaban hablando pero me era imposible no hacerlo, una de ellas se divorciaba y la otra le daba ánimos: “ay amiga, eres una mujer joven, seguro no pasas mucho tiempo sola, todavía es que te queda vida por delante” su amiga le daba ánimos, la hacía sentir regía y soltera.. pero la divorciada no estaba muy segura, y como un suspiro soltó algo que me hizo pensar mucho…

Nunca pensé que la vida de casada era cocinar, recoger el desorden de un hombre y siempre tener sexo que duré menos de 5 minutos y con la luz apagada…

… con la luz apagada.


5 comentarios:

Nive G. dijo...

Exacto...con la luz apagada no se ven los chupones...lol...pero esta historia es como un "Deja vu"...cuantas mujeres casada en tu vida ehh?...o es solo una y cuentas las historias cuando la recuerdas?....curiosidad morbosa.

Anónimo dijo...

mentirosita la señora, al parecer..

Sweet Seneca R. dijo...

No creo que hallan sido tantas mujeres casadas :p... por eso es que dicen que el matrimonio es la principal causa de infidelidad pero el problema es que nos enseñan a casarnos por miedo, para no quedarnos solos, es para "asegurarnos" algo en la vida.

Myself dijo...

no son muchas... unas 2 o tal vez 3..

Myself dijo...

a lo mejor 4.. aunque en este momento sólo recuerdo a 2.