Austral en casa.

Las personas pueden hacer prácticamente todo por ese proceso endorfinico que les gusta llamar amor. A mi me gusta un buen vino. No lo amo. Lo aprecio, lo degusto, lo consumo. No tengo este impulso de ser humano (muy desagradable), que no prospera en el buen trato, sino en situaciones de guerra.

Al comienzo son Ataques, siempre ha de comenzar por algún lado.

Era uno de esos días de lluvia latosa que no te quiere dejar salir, se presentaba un tributo a los beatles en aquel bar. No recuerdo que paso con mi acompañante, no se si fue el novio o la madre quien apagó su velada. Lo cierto es que ahi estaba yo con un Malbec gaucho y 2 horas por esperar a la banda. Ella estaba en la barra, se mantenía a traguitos de Cosmo y mensajes de texto. Le hice llegar una copa de mi vino alegando que los tragos rosas no son de fiar y que sus piernas no me dejaban concentrarme.

Le siguen los Contraataques donde la presa trata de dar sus últimas patadas de ahogado, haciendo que el cazador se sienta cazado.

Tomo la copa y acercó a la mesa. Por la cara que traía pensé:
- Para que me puse esta camisa blanca -

Lo dejó en la mesa y me dijo: Mala suerte conmigo Galán, aunque me dejaron plantada necesitas algo más que una frasecita halagadora...

- Sólo las cosas agradablemente superfluas hacen la vida más soportable, las piernas a lo mejor caducan pero una buena conversa jamás se muere -

- Antonio gala dijo que el amor es una amistad con momentos eróticos -

- Entonces soy amor sin darme cuenta -

- Que mal por mis piernas chuecas - y se sentó.

-Beauty lies on the eyes of the drunk beholder - escribí en su servilleta

Fool.

Gabbs.

Argentina nómada y de acento pausado. Piernas de susto, como para quedarse encantado. Como diría Sabina: tenía unas caderas hechas para pecar si la veías subir escaleras. Amo las flacas con caderas, son tan extintas como las buenas intenciones de un hombre casado. Se acabó el toque y me llevó a su apartamento. Había olor a todo... comida, panes rellenos, sahumerios, faso, birra, cigarrillos, cuero, todo dependía del lugar donde pasáramos...

Sacó un oporto y una guitarra española que aún conservo como recuerdo de ella. Tocó "Muy Despacito" de Los Piojos justo antes de que me animara a besarle. No fue fogoso, no fue pasión digamos que fue como besar una ameba.

A continuación nos encontramos en una encrucijada. La Retirada cuando nos damos cuenta de algún malfuncionamiento de la maquinaria, o los Juegos de Alianza.

Le quité la guitarra y tomo el teléfono. A los 5 minutos me dijo que quien la había dejado plantada era la dueña del apartamento y del oporto me dijo que me exigía quedarme.
Al rato entró Bel. dios si dije que la primera estaba buena imagínense la que acaba de cruzar esa puerta. Eran novias bel tenia aca un año y gabbs estaba de visita. Mas oportos y me olvidé de la ameba, bel también, tanto que se atrevió a besarme. Los 37 días subsiguientes aún hacen eco en los rincones de mi mente. Creo que me pasé de endorfinas.

Era pasión pura. Mi primer endorfinísmo, mi primera y segunda argentina, mi primer menáge, mi primer baño de avión cuando la acompañé a caracas justo antes de que partiera para siempre a la patagonia.

Esa vez el dejado fui yo.