miércoles, marzo 12, 2014

una vida de mierda y una escoba


Cada vez que escucho de ella, termino agarrando la escoba y comienzo a sacar el polvo de mi habitación, a barrer mi propia tragedia. Doblo la nuca, mirada atada al suelo, aprieto el mango de la escoba con los puños muy juntos y siempre cuando escucho hablar de ella... vaya mierda..

Ante la imposibilidad de exprimir mi propio corazón, estrangulo la escoba, a veces aprieto la escoba tan fuerte como un abrazo, como el que ya no le puedo dar, como el que le daría si tuviese la oportunidad de nuevo, esos abrazos donde no debe escapar el oxígeno, de esos abrazos hablo.

Barrer y barrer, quisiera barrer todo lo que pienso. La última vez que la vi fue después de ese beso que le di en el aeropuerto hace tantos años. No sabía que no la volvería a tener, pensé que nos veríamos de nuevo por casualidad .. cuando la pienso, me gusta barrer despacio y recojo cada Historia hecha polvo convertida en basura que dejó ella.

Varias veces he llorado por ella y lo admito sin vergüenza, hasta dios hubiese llorado por ella si pudiera. Mis lágrimas terminan mojando los escombros de mis propias sobras en el piso de mi habitación. Fue el adiós más largo que jamás imaginé, es que si ustedes hubiesen estado allí, pero ahora ella está allá y yo aquí. Una distancia. Una discusión. Una separación. Un más nunca. Un amor hecho mierda. 

Y no la volví a ver. La perdí, que curiosa es la vida cuando deja de poner de su parte. El sonido de la escoba es tormentoso, pero me distrae, las cerdas se arrastran por el suelo con desganada furia. Barrer y Barrer, cabizbajo, buscando mi propia desgracia para sacarla por completo de mis recuerdos, tanto a ella como a mi desgracia.
  
Mis suspiros prorrumpen como un lamento a la deriva. Una respiración que cruje. Sé que no la puedo recuperar. Eso de que “nunca es tarde” cuando lo empecé a creer ya era muy tarde. Nunca es nunca y listo. Tarde siempre es tarde.

Siempre que pienso en ella me cuesta sacarla de rotación en mi mente, así que como terapia sigo barriendo.. el vaivén de mi barrer angustioso, calmado, desesperante. Barro con culpa. Repaso todo lo que no hice, barro con fatiga… Sigo sacando polvo y me recrimino todo lo que pude hacer pero por tonto no hice.. barrer con desasosiego es un poco mi terapia.

Acumulo con la escoba, toda la melancolía. Debo barrer todos los momentos que vivimos juntos, barrer con rabia es lo único que ayuda. La escoba tropieza torpemente contra los bordes de las paredes, ya que me pierdo en mi pensamiento y sigo tumbando todo por inercia y sin levantar mirada recuerdo que faltan unos días para que ella se case con otro. Pienso que pude haber sido yo, en que debí ser yo. 

Mejor, agarro la pala, recojo con la escoba todo el amor que barrí..

Y lo boto a la basura.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sencillo
Barrer, recoger y botar... Lindos recuerdos que lentamente al pasar el tiempo endurecen el corazón...

Dani dijo...

Enciende, sintoniza y abandona.