El "Olorcito Mentiroso".

Ella entabla esas conversas que sólo te sacan los conductores de carritos y de taxis cuando tienes suerte, es una de esas mujeres por las cuales terminas haciendo lo que te da la gana de hacer.

Sin generalizar, la mayoría de las mujeres de mi ciudad o al menos las que me han tocado de este lado del puente, son socialmente grupales. Pueden ser asociadas a diferentes estratos sociológicos. Aún y cuando la cultura de mi ciudad bien pueda ser catalogada como una cultura en pañales, tenemos un regionalismo regalado por exteriores. Sólo lo viven aquellos que no estén acá; del resto todo es una mierda y nos sabe a Carato de Mango. (Jugo hecho a base de mango verde)

Afecta que los ciegos nos vean creyendo que poseen un telescopio. Estas tipas estudiosas, meticulosas y de juicio sesgado. No quiero con esto decir que somos lo maximo, pero justificarse con los errores de los demás es ser un mediocre. Tanto así como escudriñar desde afuera con una lupa, en fin, a pesar de los estratos cerrados y el "grupísmo", logré toparme con ella. Esa maraña de labios carnosos y pelo que enreda cada pensamiento que posee advirtiendo epifanías en todo aquello que digo.

- ¿Porque siempre tienes una respuesta para lo que te digo?, ¿Que buscas al revolver mi cabeza? ¿Cómo haces que sea fácil recordarte? ¿Que te hace digno de ser extrañado un martes por la tarde aún sin conocerte Fool?

Al verle me pareció normal, de hecho llegue ese día a casa de JM esperando la visita de alguien que me dejó plantado por razones que no vienen al caso y llamando por telefono a alguien que tenia ese día el tiempo compartido. Vi a sus ojos y pensé que era mala. Pero me equivoqué. Llegué cansado porque serví de orador para una obra teatral de unos niños que se graduaban de sala de cinco años en la escuela en que trabajo, con ansias de buscar lo mismo que todos los allí presentes: parrillita, birras y un rato agradable. Noté el ambiente muy caldeado y propuse jugar "sanamente" a traguitos de ron. La noche pasó entre risas y miradas que arrancan pedazos de alma. Eventualmente terminó conmigo en mi silla. Logre comprobar esta teoría extraña que dejó de ser hipótesis cuando tenía catorce años: "El olorcito Mentiroso".

- Espero no tener que correr para volver a encontrarte.

- Jaja, ¿¿Porqué, que te hace pensar que quiero desaparecer, que es lo que planeas conmigo??

- Verte, y oler a vos un rato.

Cuando carajito identifiqué cuales podrían ser las variables de enamorarse de una caraja, entre tantas cosas que pasaron pr mi mente puberta me planteé la hipótesis de lo que llamé "el olorcito mentiroso" y acá lo explico: Es este olorcito que poseen ellas en la nuca y se alberga solo ahí y en más ningún lado, donde el PH es tan de si misma, que abrir la vaina para oler es como enfrentarse con Pandora antes de que liberara a los demonios guardando la esperanza. Es su olor personal, ese que dejan en los cuartos cuando viven allí por años, en las almohadas, ese que se te pega en la piel después de una tarde de empiernamiento masivo, "el olorcito mentiroso". El muy hijo de puta que te miente diciéndole a tu cerebro que tienes que quedarte ahí para siempre así sea la mujer mas perra y sádica del mundo. Una teoría bastante Alfred Kinsey por lo subjetivo y no del asunto, pero sin la parte marica de la vaina.

Debo decir que mientras ella se abrigaba en mi pecho dejé de hacer el estudio de este olor por un rato. Y es que dañaría entonces su significado. La gente no debe saber siempre porqué hace las cosas. Debe hacerlas, así se disfruta.

Hoy me visitó. Su olor quedó en mi almohada, en los rizos de mi pelo, en mis manos hediondas a ella. Aquella vez recuerdo despedirme diciéndole que no la besaba para volver a verle. Hoy ella sabe que la besé tanto, sólo para no verla más...