domingo, febrero 03, 2019

Lealtades


Lealtad 1

Una vez llegó ella con una falda azul marino y una camisa tres cuartos, creo que se dice asi, cuando una camisa te llega a la mitad entre el codo y la muñeca sin necesidad de remangarla… ella un día llegó a mi casa con una falda azul marino y una camisa tres cuartos. Era un look de la típica niñita de The OC, muy normal me imagino en aquella serie de televisión o por aquel país, pero en Caracas las mujeres no se vestían asi, al menos no todas, porque ella si. 

Ese día por casualidad estaba mi padre visitándome, me había hecho un chiste porque andando sin camisa no me había percatado de mi espalda rasguñada y él muy pícaro sabía que eran sus uñas y su marca, es que mi espalda decía el nombre de ella por todos lados y es que yo estaba enamorado y se notaba. Ella llegó, él la saludó, y con una mirada recordando y riendo de su chiste sobre mi espalda muy al modo de los papás, se fue a su oficina dejándonos solos en casa, a ella y a mi.

Si mal no recuerdo, esa fue una de las últimas veces, cuidado si no fue la última vez que fue a mi casa antes de nuestra primera gran pelea, la primera de las cuatro millones de peleas que vivimos durante esos ocho o nueve años.  Hicimos el amor ese día unas tres veces, porque no sé, los dos teníamos más ganas de abrazar que de coger.  Y ella sentenció el nombre de nuestra primera hija. Y sin yo decir nada, todavía sorprendido como buscando qué decir y ella sin dejarme hablar, declaró: Yo solo quiero tener niñas contigo Myself.

Hoy no sé exactamente donde está, creo que viviendo en Japón o en Nueva York, creo que tiene cuatro años casada o tal vez cinco, pero algo si les aseguro, a sus 35 años ella todavía no tiene hijos, sospecho que deben tener un perro, por su amor a los animales que siempre tuvo, pero ella sin hijos, y no fue solo ese día, en nuestras etapas buenas, en nuestros mejores momentos, cuando los dos no nos hacíamos daño y nos amábamos con locura, siempre me lo decía cuando se dormía sobre mi pecho… Yo solo quiero tener niñas contigo Myselfal menos ella sigue siendo leal a eso.

Lealtad 2

Un día ella estaba en mi cama, recuerdo sus pulseras negras, tenía muchas pulseras negras, no sé por qué pero esos días teníamos un juego sexual de solo tener sexo bajándonos los pantalones hasta las rodillas. Por lo general en esas semanas si era de día como lo fue ese día, cogíamos o de lado o de pie. Siempre ella con los pantalones por la rodilla, yo si no tenía ese problema porque en aquella época iba al gym al medio día y siempre me agarraba llegando de entrenar. 

Ese fue el primer día que me dijo sobre sus planes de comprar una casa grande en el campo y al recién mudarnos comprarnos un perro grande, un Beethoven. No me preocupaba tanto lo de la casa o lo de vivir juntos, sino lo de encontrar un San Bernardo en Caracas y llevarlo a vivir al calor de aquella ciudad donde ella quería vivir. Quiero que compremos una casa gigante con un perro enorme, un Beethoven quiero.

Hace algo como dos años, tal vez tres años, un día me escribió un Hola, soy yo. No sé ni cuantas veces te he bloqueado y te he desbloqueado, pero hoy sentí una necesidad enorme de saber de ti. Hablamos unos tres días, pero para mi ese ciclo en mi vida había sido cerrado aquella navidad en su casa, me contó de la boda de su hermano, de que había vivido con un Beisbolista mucho tiempo, que no había funcionado y que ya estaba en su casa de nuevo. Para ser sinceros con ustedes, aquello me molestó un poco… no sentía nada por ella, pero soy un hombre rencoroso y aquello me molestó.

Luego que me contó que el tipo le pegó dos veces, que se arrepentía de lo inmadura que fue al haberme apartado como lo hizo, luego de pedir disculpas y abrirme las puertas de la oportunidad de nuevo, después de toda aquella declaración con un discurso tan perfecto pero tardío, remató con un: Y nunca compré la casa en el campo, porque, aunque no me creas siempre la quise contigoal menos fue leal en eso.

Lealtad 3

El magnetismo que esa mujer ejerció en mi fue principalmente por su apodo y el color de su cabello, cuando tenía exactamente unos quince años me enamoré a primera vista de la mujer que ha sido el prototipo de todas las mujeres de mi vida, físicamente la he clonado unos cinco millones de veces. Es que el apodo de esa mujer y el color de su piel, de su cabello, siempre fueron mi debilidad, imposible no ir a por ella en aquella época.

Típico de todas las mujeres en el mundo cuando estoy en mi elemento, imposible escapar, y de esa manera se dejó atrapar por mi campo gravitacional, es que ella no se explicaba porque me antojé de ella y siempre se lo decía… tu cabello, es tu cabello... y ella siempre me amenazaba con: me lo voy a cortar, o.. si me llegas a dejar, me lo voy a pintar de amarillo pollito… y dentro de poco cumplimos otro año separados, y miren que si ha cumplido su palabra al pie de la letra, al mes de no besar aquellos labios almendrados esa mujer fue y se pintó el cabello, y el color amarillo chinche de su cabello no lo ha vuelto a dejar ir...que feo ese amarillo.. y en cierta parte, ella es leal a eso.

Lealtad 4

Ella fue una mujer importante en mi vida, no importaba mis malcriadeces, ni mis problemas, siempre estuvo a mi lado, siempre daba y daba y daba más y no pedía nada. Vaya que ella me amaba y yo quería lo mejor para ella, hoy día espero que lo haya encontrado porque honestamente nunca me sentí digno de todo aquello, por eso me alejé, me daba tanto y no sabía como recompensarla, como amarla como ella se merecía, es que yo estaba tan vacio por todos esos años de intentos fallidos que se me había olvidado como amar y lamentándolo mucho, no supe amarla y me alejé.

Hasta en ese punto, ella me apoyó, ella se hizo a un lado de mi vida para que yo buscara la felicidad donde me diera la gana, ella también sólo quería mi felicidad igual que yo la suya, y nos apartamos el uno del otro y ella me prometió que siempre haría cualquier cosa para verme feliz y si apartarse era una de ellas, que sin problema lo hizo y asi fue….

Siempre me la encuentro en mis sueños, en la vida, en las letras y siempre me lo recuerda, que ella también dio tanto para que fuese feliz y que es mi deber serlo, y si llegas a leer esto, en este momento estoy como cuando me encontraste. Al menos tú si fuiste leal a mi.. también fuiste leal.


y para ser honesto, ya no me queda lealtad para alguna de ellas.