domingo, agosto 17, 2014

Súplicar a una mujer hermosa


Era viernes en esa Caracas de tráfico y caos, era viernes en hora pico en la autopista, intentando llegar a la cena de compromiso de unos amigos en común, ella con un vestido de coctel y yo en mis ropas de trabajo, ella de verde manzana y yo con una camisa cualquiera con una corbata a juego como muchas otras que descansan en mi armario. Estábamos hablando de sabe dios qué cuando caímos en una conversación estúpida sobre sexo y ella muy ofendida me dijo seriamente:

¿en serio crees que no puedo vivir sin sexo?

Honestamente dije que NO más por hacerla enojar que por otra cosa, y ella en menos de dos minutos inventó una apuesta tonta

Ok.. verás cómo puedo pasar días, semanas, meses.. sin sexo

Honestamente dije algo como “ujum.. ok” más por cambiar el tema o pensando mejor que si seguía adelante con esto, iba a terminar perjudicado por el hecho de que no soy hombre de dos mujeres y mis ojos y mi pene, son sólo suyos… y cómo ya hemos publicado material científico en este blog, las mujeres están locas… pero, ella siguió.. 

Ok Myself, ya veremos quién tiene razón y quien no!!!

Acto seguido, aprovechando la poca luz de la autopista a las 8PM, aprovechando los vidrios ahumados del carro, aprovechando que ella es mujer y las mujeres son del diablo, me saco el pene y allí mismo, en el carro, ella con su vestido verde manzana y yo con las de perder, me dio el mejor sexo oral del mundo, me dejó acabar en su boca.. luego abrió su cartera, sacó una especié de toallita húmeda, se acomodó el maquillaje y volvió a su postura de copilota como si nada hubiese pasado…

¿no y que podías vivir sin sexo?
Yo no tuve sexo, tú si..en cierto modo

Luego de eso, reí… por la mamada más astronómica del mundo, por tener a mi lado a una mujer hermosa y porque la vida es bella…pero….

Al otro día fue a mi oficina, teníamos planes para ir a almorzar, pero entró, cerró la puerta, se arrodilló y otra vez me dio el mejor sexo oral del planeta, del universo… En ese momento, en ese preciso momento, comencé a sospechar que algo no iba bien cuando me dejó acabar en su boca de nuevo. En el almuerzo, intenté preguntar y ella muy hábil tal cual mujer inteligente como es, desviaba el tema a cualquier otro tópico que no tuviese que ver con mi pene en su boca.  Al otro día pasó exactamente lo mismo en las escaleras de su edificio cuando la fui a buscar a sus clases de tenis, cuando la volteé bruscamente para levantarle su ropita de ejercicio y hacerla mía, me apartó de golpe y..

Na Na Señorito.. discúlpeme, pero no me provoca, no quiero sexo contigo.

En la semana siguiente me hizo lo de la emboscada del sexo oral cuatro veces más, estando a mi limite de tolerancia, hablé en nombre de mi pene y en el mio propio y  le pregunté casi que arrodillado:

¿cuándo me vas a dejar hacerte mía de nuevo?

y ella, con su sonrisa malévola, disfrutando mi bien ganado sufrimiento… 

Ahora te lo vas a tener que ganar..Si me quieres ver desnuda de nuevo, te lo vas a tener que ganar.

y señoras y señores, nunca había súplicado tanto en mi vida…
como hasta ese momento.



0 comentarios: